viernes, 2 de diciembre de 2011

Broche de oro para este 1ero de diciembre

Ayer por la mañana mí día empezó con una gran alegría: la nota que un periodista del diario El Tiempo, de la ciudad de Azul, me había hecho el día anterior vía telefonica, había sido publicada, y además en la portada. Pude leer la versión digital y fuera del título que escogieron, "El Sida y un testimonio", con todo el resto de la entrevista estuve de acuerdo porque se respetó al máximo lo que yo había dicho y la manera en que lo hice. Por primera vez, había enviado una foto mía, en este caso una en la que aparezco de lejos y en sombras, quizás mi primer paso hacia la visibilización, tema sobre el que estoy meditando ultimamente sin llegar a ninguna conclusión definitiva por el momento. Minutos despúes me acerqué hasta la esquina de Santa Fe y Callao donde desde hace unos años cada 1ero de diciembre me encuentro con la gente de Casa Vela vendiendo las remeras de 2 km x sida, y en la esquina opuesta el puesto de la gente de Helios salud con su mesa, sombrilla, folletos, cintas rojas y preservativos, pero no encontré a unos ni a otros, así que volví a mi casa.
   Cuando recibí el mensaje de texto de mi amiga Nadia, -quién sabía que en años anteriores, para el día de la lucha mundial contra el sida, (que yo prefiero llamar día mundial de la lucha contra el VIH) colaboré con distintas organizaciones en tareas de prevención de VIH-, en el que me preguntó: "hoy hacés campaña?" le respondí que esta vez no, que estaba en mi casa, y arreglamos para encontrarnos. Caminamos varias cuadras por avenida Corrientes sin encontrar ningún indicio de actividad conmemorativa. "¿Qué está pasando?" nos preguntamos: "¿Será que justamente este año, en el que se cumplen 30 años del comienzo de la pandemia, la actividad de las organizaciones que trabajan en la temática del VIH (o de algunas) decayó? ¿o será que buscamos en el lugar incorrecto?" Nos consolamos pensando que quizás tendríamos que habernos acercado a la zona del obelisco, que seguramente allí "algo" debía estar pasando.
   Más tarde, al abrir mi cuenta de Facebook, (estoy registrada como "Harika A Secas"), una nueva alegría me esperaba: un mensaje de Pablo Perez, el autor del libro "Un año sin amor" en el que se basó la película homónima, quien escribe la columna "Soy positivo" en el suplemento "Soy" de Pagina 12, invitandome a un evento que se realizaría por la noche en casa Brandon, con la proyección de esta película, la lectura de algunas de sus columnas y otras actividades. Inmediatamente le confirmé mi asistencia, ya que esto me permitiría conocerlo personalmente y acercarle, como habíamos acordado, un ejemplar de mi libro.
Y ese fue el broche de oro de este 1 de diciembre: la posibilidad de conocer la Casa Brandon (un espacio de cultura alternativa) y a Pablo Perez, de ver una película sobre la temática VIH desde la voz (más bien el diario personal) de uno de sus protagonistas -diario escrito en el año 1996, en el que se comenzó con la administración del cóctel antirretroviral o triterapia-, la lectura, por parte de Diego, de la crítica que hizo cuando salió la película, de algunas de las columnas Soy positivo por parte de Pablo, y una performance a cargo de Lucas, quien llevaba puesta una remera que decía "Tengo Sida" con la que dijo haberse paseado todo el día por el centro repartiendo abrazos y mates que no todos quisieron recibir, original manera de hacer frente al estigma y la discriminación. Gracias a vos, Pablo, y a la gente de la casa Brandon por regalarme estos gratos momentos. Seguimos en contacto, y a seguir brillando!

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